Con tan solo 20 años y siendo todavía una estudiante, a comienzo de la década de 1940, firmaba como «etnóloga» los informes de sus primeras prácticas de campo en México y declaraba que el único deber de la antropología era el de ayudar al pueblo. Se llamaba Anne Chapman: después de México, viajaría a Honduras, entre lencas y tolupanes de la Montaña de la Flor, y a Tierra del Fuego, al extremo del continente, el “fin del mundo”, documentando la sociedad selk’nam antes de su desaparición.
La exposición “Científicas, creadoras y viajeras” incluye algunas de las obras de Chapman, una pequeña muestra de un amplio legado que incluye documentales etnográficos, acervos fotográficos y registros sonoros con rezos, cantos y mitos. En la Sección 1. Entre selvas, océanos y hasta el fin del mundo, junto a las de Chapman, se exponen obras de otras dos mujeres que también cruzaron varias fronteras materiales y confines intelectuales: Carmen Aldecoa y Gertrude Duby. Ambas de la generación anterior a Chapman, la una española, la otra suiza, transitaron entre países, oficios, profesiones y pasiones. Carmen Aldecoa, licenciada en Ciencias Naturales y una de las primeras investigadoras formadas y contratadas por el Instituto Español de Oceanografía, se exilió tras la guerra civil y, tras una primera escala en La Habana, se estableció en Nueva York, donde ejerció como profesora de español y civilización española. Su trayectoria y obra desafían una fácil distinción entre ciencias naturales y ciencias humanas. Mientras Aldecoa llegaba a Nueva York, Gertrude Duby ingresaba a México como asilada política de profesión periodista. Dedicó su “segunda vida” a la pasión por un pequeño grupo indígena, los lacandones, y por su hábitat, la selva chiapaneca, dejando un importante legado fotográfico, además de crónicas, reportes de viaje y monografías.
En la Sección 2. Entre lo físico, lo natural y lo humano, nos asomamos a las obras de tres científicas españolas cuyas trayectorias fueron profundamente marcadas por la guerra civil y el franquismo: Mercedes González Gimeno, Adelaida González Almejún y Margarita Comas Camps. Mercedes González Gimeno permaneció en España, pero, al igual que Margarita Comas, exiliada en el Reino Unido, tuvo que abandonar el trabajo científico, a pesar de sus brillantes inicios y resultados, para dedicarse a la enseñanza. Entre ellas, la única que consiguió seguir en una destacada trayectoria profesional como antropóloga fue Adelaida González Almejún, pero fuera de su país, en Venezuela. La selección que presentamos aquí da cuenta de algunas de sus contribuciones a la antropología física, en temas punteros en su momento, como la craneología o la criminología, al conocimiento sobre grupos indígenas o a las ciencias naturales, siempre desde una reflexión que evitó las rígidas fronteras entre disciplinas y se nutrió de teorías y prácticas, de laboratorio y trabajo de campo.
Finalmente, y desde el hoy, las obras incluidas en la Sección 3. Rescatando historias y figuras, siguen las huellas de estas y otros mujeres, abriendo caminos y pistas por explorar.
La exposición, que reúne obras en su mayoría conservadas en la Biblioteca Americanista de Sevilla y otras bibliotecas del CSIC, se podrá visitar en el salón de lectura de la Biblioteca Americanista de Sevilla del 4 al 13 de marzo de 2024 en el horario habitual (de lunes a viernes de 8.30 a 18.30).
Coordina:
Laura Giraudo, Escuela de Estudios Hispano-Americanos/Instituto de Historia, CSIC.
Actividad realizada en marco del Proyecto HeterQuest
“La heterogeneidad en cuestión: saberes y prácticas cruzadas en el derecho, el indigenismo y lo social. Mesoamérica y área andina, época contemporánea” (PID2019-107783GB-I00, financiado por MCIN / AEI / 10.13039/501100011033). Más información: https://heterquest.net/