Obra del mes de julio y agosto: Día Mundial de la fotografía, 19 de agosto
Hay un legado mudo que entona la realidad latinoamericana sin palabras.
Las fotografías perdidas en un sinfín de publicaciones, nos invitan a perdernos por ellas y recrearnos en sus detalles. Una mirada hipnótica, un instante fugitivo en los relieves de la historia de un continente inmenso, la palabra país suena ridícula a veces, por estas latitudes. Y sin embargo, sus nombres, las naciones de este Nuevo Mundo se desparraman por las cubiertas de los volúmenes, sugiriéndonos un sitio a donde ir: Argentina, Colombia, México, Guatemala, Jauja, … sí, Jauja, y Guadalajara, y Córdoba, Chuquisaca, Puno o Medellín, pequeñas naciones, patrias chicas para sus oriundos, y pequeños mundos en los que bulle el ajetreo, encuentros y desencuentros de la vida diaria.
En una América caben muchas américas, las visiones de los aventureros que arribaron a estas tierras, las trajeron aquí, las dejaron consigo y hoy son una parte más del paisaje. El nombre California, paraíso ficticio habitado por amazonas negras gobernadas por la reina Calafia, de las novelas de caballería, es uno de tantos ejemplos. Suena Bob Dylan en la motocicleta de una carretera sin fondo, campos y líneas rectas en el horizonte, una hora cualquiera en un rincón perdido de la América profunda. O las sencillas manos campesinas amasando una tortita de maíz en una aldea hondureña mientras as garotas da torcida brasileira, a miles de kilómetros de allí, entonan una vez más su consabido himno futbolero desde las gradas de cualquier bombonera enfebrecida.
El Día Mundial de la Fotografía, 19 de agosto, viene a ocupar el espacio que deja la rutina, para dejarse sorprender por realidades que no forman parte del cotidiano lunes de pantalla e informe. Unas fechas que esperamos reconforten el ánimo con la luminosa ventana que nos ofrecen los fondos de la Biblioteca Americanista de Sevilla.