Obra del mes de noviembre: La música: instrumento hacia la libertad, Día Internacional de la Música (22 de noviembre)
«Del tango al reggae: músicas negras de América Latina y del Caribe» (publ. en 2015, sign. A-A/4223) explora la diversidad de músicas latinoamericanas de raíz africana, en las que se confunden los orígenes con el largo periplo del destierro, que sufrirían también muchos artistas del siglo XX por sus ideas políticas.
Huyendo de la dura España de posguerra el cantante de copla Miguel de Molina «se embarca, caminito de ultramar» hacia Argentina primero, México, después, y Argentina nuevamente. Era 1942 y aún quedaban tres años para que terminara la Segunda Guerra Mundial. Un 20 de noviembre de 1945 comenzaron los Juicios de Nuremberg en los que se dictaron sentencia contra los principales líderes del nacionalsocialismo alemán. No obstante, las dictaduras continuarían existiendo en la vieja Europa a uno y otro lado del telón de acero.
Los regímenes autoritarios han sido muy frecuentes también al otro lado del Océano, cubriendo los siglos XIX y XX con oscuros perfiles. «América Latina en la era del fascismo» (publ. en 2023, sign. A/2759) es una de las más recientes e interesantes publicaciones que alberga la Biblioteca Americanista de Sevilla sobre esta temática, centrada en este caso en los años 30 del pasado siglo, a través del estudio de la ideología corporativista en los distintos países de la región, y que se extenderían hasta épocas más recientes con casos como los de Videla en Argentina o Pinochet en Chile.
Muchos artistas comprometidos han bebido de las fuentes del folklore de los pueblos originarios y de la tradición para expresar su canto, que refleja el anhelo de libertad y que nos sirven para conmemorar el Día Internacional de la Música, el próximo 22 del presente. Nombres como los de Víctor Jara, Mercedes Sosa, Violeta Parra, Pablo Milanés, … Letras tan hermosas como las de Atahualpa Yupanqui, que reflejan de una manera viva las cosmovisiones sociales y la inmensidad del paisaje americano: «Yo tengo tantos hermanos / Que no los puedo contar / En el valle, la montaña / En la pampa y en el mar (…) Cada cual con sus trabajos / Con sus sueños, cada cual / Con la esperanza adelante / Con los recuerdos detrás (…) Y así nos reconocemos / Por el lejano mirar / Por la copla que mordemos / Semilla de inmensidad (…) Yo tengo tantos hermanos / Que no los puedo contar / Y una novia muy hermosa / Que se llama ¡Libertad!»